Saturday, April 29, 2006

La orden del desorden

PYMER: Pequeños y medianos Rockstars.
Esta sigla, fundada hábilmente por el desorden, pretende designar a todas las personas cuya imagen aparece con la suficiente insistencia en los medios de comunicación y también a las que sin ser conocidas a nivel masivo, gozan de un prestigio medianamente importante y concitan la admiración explícita o disimulada de la comunidad. El Rock ya no tiene el monopolio en el otorgamiento de admiración erótica ciudadana. Hoy día todos los caminos son aptos para llegar a emocionar a las masas.
Es un hecho que Avello por ejemplo, era un rockstar antes de la fundación de Dina Gómez. No es mentira que Andrés Velasco ocupa un lugar preponderante en el mercado de la líbido, aún para los que ignoran que ha publicado ya dos novelas, escritas en los ratos libres que deja la impartición cátedras vitalicias en Harvard. Eizaguirre nos lo restregó en la cara cuando como ministro de hacienda, consiguió una portada de la Newsweek en que aparecía caricaturizado tocando una guitarra eléctrica.
Pero no son sólo los inapelables los que se han granjeado este status. Marisela Santibañez camina por la calle con una desenvoltura sólo comparable con la del Mago Valdivia, que se casó con la hermana de Rigeo, rapoper que hace tiempo aparece fotografiado con voluptuosas y valientes modelos latinoamericanas ávidas de pertencer al mundo de los PYMER.
Si bien no es precisamente un valle de lágrimas, el universo PYMER tiene de dulce, pero también de agraz. Soportar portadas en las que aparecen lloriquedas y sin maquillaje, ebrios en un choque automovilístico o en fiestas caseras adoptando posiciones escandalosas, son solamente ejemplos de los costos que implica que la ciber comunidad sepa tu nombre. Se llama el precio de la fama y algunos PYMER han llegado a quejarse de que es demasiado alto. Han tratado de volver a sus barrios, pero, todos, sin excepción, vuelven al constatar que ya no tienen nada que ver con sus vecinos. El pelo que sube, no vuelve a bajar. Arrepentidos, planean en secreto el regreso. A veces lo logran, otras veces terminan en el caribe a las órdenes del facineroso Quesille, otras veces logran acostarse con él y algunas pocas consiguen incluso notificar a los camarógrafos necesarios para comprobar que, si es verdad que el que se acuesta con niños depierta mojado, el que lo hace con famosos despiesta PYMER.
Nuestra invitación es sencilla. Nunca más hagamos una cola, salgamos de la casa con un lápiz por si los autógrafos, comamos mas sushi, conozcamos mejor a nuestros peluqueros, preocupémonos más de definir nuestras amistades: usurpémosle el lugar que a punta de flashes, sudor y apunamiento han conseguido obtener los PYMER, HAGÁMONOS FAMOSOS.

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

PYMEC: Pequeña y mediana estrella de cine. Con modales cultivados, displicencia adecuada, poseedor de la fama, y encima, una demostrativa frialdad. Madurez y kilometraje importante. Una PYMER puede terminar en esto, y no es sino un lugar de buena muerte para cualquier roquero.

7:57 PM  
Anonymous famosos said...

Quien no quiere ser famoso ?

1:02 PM  

Post a Comment

<< Home